¿Cómo reconocer radares?

El principal problema de los radares es que cuando ‘cazan’ infractores, la denuncia llega de forma automática a casa junto con una fotografía. Poco puede apelarse al respecto, pues se ha cometido una infracción de tráfico; sin embargo, lo cierto es que muchos de estos radares están colocados en lugares en los que los límites de velocidad acaban de cambiar en la vía, o en los que por las condiciones favorables de la carretera, hacen que los conductores suelan marchar a unos pocos kilómetros por hora por encima del límite. A este tipo de radares se los denomina ‘caza-recompensas’ o ‘recaudadores’, pues el índice de conductores infractores que encuentran es mucho mayor que la media.

Es clave saber dónde están situados y cómo reconocerlos para no infringir los límites de velocidad, ni siquiera en estos puntos donde los límites parecen demasiado bajos para las buenas condiciones de seguridad y visibilidad que los conductores creen percibir.

Radares de Cabina

Son los radares más característicos, ya que pueden verse aún antes de llegar al punto en el que se encuentran. Se caracterizan por estar situados en el arcén de la vía, en pequeñas cajas metálicas y a un metro y medio del suelo. La mayoría suelen estar indicados en la vía al menos unos 500 metros antes de que el conductor llegue a ellos, por lo que no hay excusa en caso de que estos radares nos denuncien.

Radares de Poste

Son la modalidad de ciudad del radar de cabina. Se suelen colocar en travesías o vías de varios carriles en los que los conductores puedan percibir, erróneamente, que pueden circular por encima del límite de velocidad marcado por las señales.

Radares de Tramo

De reciente implantación son cada vez más utilizados por las autoridades en las distintas carreteras. Lo más frecuente es encontrarlos en autopistas y autovías cerradas, ya que, mediante cámaras, calculan la velocidad de los vehículos de forma precisa a su paso entre dos puntos. Los radares de tramo son capaces de saber que un conductor ha circulado con exceso de velocidad durante un tramo largo. Mediante este procedimiento los denunciados son conductores que cometieron la infracción de forma continua, por lo que se considera que son un método justo de ‘cazar’ al infractor.

Radares de Pórtico

Habitualmente están situados detrás de los paneles luminosos que alertan a los conductores de las condiciones del tráfico en la vía, la visibilidad o –muy frecuentemente- de la presencia del radar. Son muy frecuentes en nuestras carreteras y podemos encontrarlos en la mayoría de cinturones que rodean a las ciudades españolas. Las autopistas y autovías que rodean las ciudades son lugares en los que las condiciones de la vía podrían llevarnos a pensar que podemos circular a mayor velocidad; sin embargo, su proximidad con las ciudades los hace puntos proclives a las retenciones inesperadas y otros problemas, por lo que la velocidad suele limitarse por debajo de los 90 km/h.

Radares de Semáforo

Se colocan sobre los semáforos y su cometido es distinto de los anteriores, ya que se dedica a detectar a aquellos vehículos que no atienden al color rojo del semáforo. Una fotografía de estos radares puede salirnos cara, ya que implica la retirada de 4 puntos del carné de conducir y una sanción de 200 euros. Son habituales en diferentes ciudades de nuestro país. Madrid, por ejemplo, cuenta con hasta 30 de estos ingenios; pero también existen multitud de pequeñas ciudades que cuentan con ellos, como Granada, donde muchos turistas se ven sorprendidos al volver a casa y encontrar en el buzón una denuncia de éstos pequeños radares.

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