Las autoescuelas de media España están en pie de guerra. El motivo es que requieren de más examinadores para el próximo año. Valencia y Ciudad Real, entre otras ciudades, ya han vivido manifestaciones del sector, que denuncia retrasos provocados, al parecer, por el limitado número de estos profesionales.
La solicitud ha sido trasladada por escrito desde la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), que ha solicitado a la Dirección General de Tráfico (DGT) que transmitan el mensaje al Estado. El principal problema parece ser el elevado número de jubilaciones en el colectivo de examinadores de tráfico, funcionarios de carrera. A este hecho se suma la nula convocatoria de oposiciones para paliar las diferentes bajas, algo que según CNAE está provocando una acumulación exagerada de trabajo para una plantilla cada vez menos numerosa.
El resultado de esta situación es insostenible para las autoescuelas nacionales, que solicitan que al menos estos profesionales hagan horas extras –una posibilidad legal- para tratar de avanzar con el trabajo que poco a poco parece acumularse.
En esta línea, la CNAE también ha propuesto la inclusión de una partida en los Presupuestos Generales del Estado destinada, en caso de aceptarse finalmente, a paliar estos problemas, que han motivado que durante este verano –época de mayor afluencia en las autoescuelas- algunas provincias no tuviesen fechas previstas de examen.
El parón de verano en los exámenes para acceder al permiso de conducir es visto como un agravio por este colectivo, que denuncia cómo algunos alumnos que suspenden a principios de verano han de esperar hasta septiembre para tratar de superar de nuevo las pruebas.
Todo un reto para los alumnos y las autoescuelas, que durante un periodo que sería muy rentable se ven obligadas a cerrar por la ausencia de exámenes.
Más competencia y menos alumnos
Al problema de la falta de examinadores cualificados se suman ahora dos nuevos retos, a saber, el progresivo descenso en el número de nuevos matriculados en las autoescuelas y la afluencia de nuevos centros de este tipo. Tan solo durante los años de la crisis, el sector ha experimentado un aumento de un 16 por ciento en cuanto a nuevas autoescuelas se refiere.
Por si fuera poco, la DGT especula con la posibilidad de legalizar centros completamente online(para la parte teórica del examen),lo que supondrá un aumento aún mayor de posibles centros destinados a obtener los diferentes permisos.
Revolución de las apps
El último de los quebraderos de cabeza para las autoescuelas no está en España, sino en Francia, donde una nueva app ha abierto la posibilidad a los profesores de autoescuela autónomos, es decir, aquellos que pueden oficialmente impartir clases de conducción, pero carecen de una autoescuela en la que ejercer. El resultado es una nueva aplicación capaz de poner en contacto a alumnos y profesores, algo que el sector teme que ocurra en nuestro país. El motivo es sencillo, la posibilidad de adquirir los conocimientos teóricos a través de portales electrónicos destinados a este fin, más la posibilidad de encontrar precios mucho más asequibles en las lecciones prácticas –los profesores autónomos no tendrían que hacer frente a cuestiones como el alquiler de un local o su equipamiento-, lo que podría llegar a rebajar el precio medio para obtener el permiso más de un 50 por ciento con respecto a los precios actuales del mercado.
Los propietarios más avispados de autoescuela ya están tomando medidas y tratando de hacerse con un hueco importante en el mundo online, de modo que cuando este mercado se abra oficialmente, no sean los últimos en llegar. El debate está servido.