¡Me han robado el coche!

Tan solo en nuestro país se calcula que en torno a 120 coches son sustraídos diariamente. La cifra nos alerta de que la posibilidad de robo es mucho más elevada de lo que habitualmente pensamos. A estas cifras debemos sumar los robos de piezas, la última moda en España. Este último tipo de sustracciones, al contrario que el robo de vehículos clásico, suelen producirse en recintos “seguros” como garajes privados.

Robo de piezas

Entre las piezas más codiciadas por los cacos destaca el catalizador. Este elemento de nuestro vehículo tiene la función de reducir las emisiones de gases a la atmósfera. Situado bajo el coche y cerca del final de escape, el catalizador contiene metales preciosos en baja cantidad, lo que eleva su precio hasta unos 3000 euros en el mercado. Además, también siguen produciéndose los hurtos clásicos que incluyen el robo del sistema de sonido o llantas y neumáticos.

Muchas de estas piezas acaban en el mercado negro, incluso vía Internet, por lo que resultan prácticamente indetectables y se vuelve muy difícil su recuperación.

 

Prevención

Es importante conocer a fondo nuestro coche o vehículo, dado que algunos de los datos son clave a la hora de denunciar. La mayoría de accesorios o componentes disponen de números de serie. Mediante la localización de éstos por parte de la policía podremos recuperar lo robado, sobre todo en el caso de la sustracción de piezas. Imprescindible guardar los datos del número de bastidor, así como de nuestro sistema de sonido. Una simple fotografía de los mismos es suficiente para formalizar una denuncia en caso de pérdida y facilitarán de manera considerable la labor policial.

 

Consejos para enfrentarnos a un robo

Si nuestro vehículo ha desaparecido de la vía pública, debemos ponernos de inmediato en contado con las autoridades locales encargadas de guardar los vehículos que han cometido infracciones en la vía. En la mayoría de los casos, el depósito municipal es el encargado de este fin. La idea es asegurarnos de que la grúa no ha retirado el vehículo. En caso de que no sea así, nuestra próxima llamada debe ser a la policía, para formalizar una denuncia.

Una vez en las dependencias policiales toda ayuda es poca. Copia de la documentación del vehículo, fotografías de los detalles del vehículo, sus números de serie o del lugar exacto del robo pueden ser de gran utilidad para la policía.

Tras formalizar la denuncia, el siguiente paso es contactar con nuestra aseguradora. Dependiendo de la cobertura contratada, la aseguradora correrá o no con los gastos de posibles sustracciones de piezas, desperfectos, etc. Las coberturas todo riesgo pueden ser de mucha utilidad en estos casos. Sin embargo, si nuestra cobertura es únicamente a terceros, deberemos afrontar los gastos nosotros en la mayoría de casos. Hay que destacar que existen numerosas pólizas a terceros en la actualidad que incluyen cláusulas que ofrecen cobertura en caso de hurtos o sustracción de piezas. Por este motivo debemos ponernos en contacto con la aseguradora de inmediato.

El último paso, y quizá el que más a menudo se pasa por alto, es dar de baja nuestro vehículo. Para ello, debemos acudir a la Jefatura de Tráfico más cercana. El formulario para solicitar este trámite puede descargarse desde la web de la DGT. Una vez formalizado, evitaremos que las infracciones de tráfico cometidas con el vehículo nos sean notificadas. Tras este paso, debemos hacer saber al Ayuntamiento que nuestro vehículo está dado de baja, a fin de evitar que se haga efectivo el impuesto de circulación del mismo.

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